-Una sorpresa mami??? qué es???- en ese momento se dió la vuelta y vio a Edward sentado en el sofá mirándo y sonriendole a Leah.- TÍO EDDIE!!!!- Inmediatamente mi hija saltó de mis brazos a los brazos de Edward, los cuales la envolvieron en un caluroso y tierno abrazo.
-Hola mi niña, cuánto tiempo sin verte princesa!!!!- Edward no dejaba de acunar a Leah en sus brazos y de acariciarle dulcemente el cabello.
-Te extrañé tío Eddie, dónde estabas???- Mi hija miraba fíjamente a Edward, y un brillo iluminaba sus ojos. Yo estaba fascinada viendo la escena, nunca creí que Edward tubiera tan buena mano con los niños.
-Yo también te extrañé princesa, pasa que estube visitando a mis padres unos días, por eso no me viste.
-Leah cariño... anda a lavarte y cambiarte de ropa- mi hija sonrió a Edward y corrió a su cuarto a cambiarse de ropa y lavarse las manos. Me disponía a prepararle la comida a mi hija, cuando Edward tubo una gran idea.
-Bella, que te parece si aprobechamos la tarde y nos vamos al acuario con Leah??? es viernes y no tenemos nada que hacer. Qué me dices??- Edward me miraba fíjamente mientras colocaba sus manos alrededor de mi cintura.. Dios, como iva a negarle algo si me miraba de esa forma??? Él tenía las llaves de mi alma en su poder y sabía muy bien como usarlas.
-Claro, me parece perfecto. Qué tal si se lo dices tú a Leah??- Edward me abrazó y antes de que saliera mi hija de su habitación nos dimos un fugaz pero dulce beso.
-Leaaahhh!!!!!! tío Eddie tiene una sorpresa para ti!!!!!- mi hija salió corriendo de su habitación y volvió a saltar a los brazos de Edward.
-Qué sorpresa tío Eddie???- Leah estaba ansiosa, no dejaba de mirar fíjamente a Edward esperando una respuesta.
-Quieres que tu mamá, tú y yo nos vayamos al acuario??? Podrás ver tiburones, tortugas gigantes... antes de que terminara de hablar, Leah se puso a gritar y a abrazar a Edward, tenerle cerca ha sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, Leah necesitaba un padre y él era lo más parecido a un padre para ella.
Inmediatamente salimos de casa y pusimos rumbo al acuario. Leah no dejaba de asombrarse por todo lo que veía: delfines, tortugas marinas, peces tropicales, tiburones... realmente estaba disfrutando muchísimo y yo... a cada instante que pasaba, sentía que quería más a Edward. Él no solo era dulce y atento conmigo, sino que quería a Leah y hacía cualquier cosa para que la niña fuera feliz. Hubo un momento en el que no me importó que Leah estubiera presente y tomé a Edward de la mano, sin importarme nada ni nadie. Con él me sentía en paz conmigo misma y cada instante que pasaba junto a él, me demostraba que era mucho más hombre de lo que aparentaba.
Después del acuario, nos fuimos a comer pizza y luego, estubimos paseando por el parque de atracciones, donde Edward le consiguió a Leah en una caseta de feria, un oso panda gigante. Cuando comenzó a anochecer regresamos a casa, Leah se quedó dormida en el coche, Edward la tomó en brazos y la llevó hasta su camita, la acostó y la arropó con mucho cuidado y cariño mientras yo le observaba desde la puerta de la pieza de Leah.
Sin que él me viera, me dirigí a mi habitación para cambiarme de ropa, entonces Edward entró en mi habitación:
-Ha sido un día estupendo, Leah es un amor!!
-Sí, lo es. Y tú también lo eres -ahora fui yo la que saltó a sus brazos, rápidamente él rodeó mi cintura con sus brazos mientras yo rodeaba su cuello con los mios- eres increíble Edward, lo que has echo hoy con Leah ha sido..- sin terminar la frase, sentí los labios de Edward aprisionando los mios mientras yo me aferraba fuerte a él.
La necesidad de respirar se hizo presente y ambos nos separamos- será mejor que vaya a casa Bella, es tarde. Yo enterré mis dedos en su cabello, aferrándome a él aún más si cabe. Entonces volví a besarle mientras le susurraba:- A casa?? ya estás en casa.- Edward me quedó mirando pero no dijo nada, simplemente sonrió y se dejó llevar.
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