-Kristopher....-miré a mi abuela-como el abuelo.
Ella no dejaba de mirarnos fíjamente a Kristopher y a mi, con lágrimas en los ojos pero con una sonrisa dibujada en los labios, al igual que yo.
-Puedo tomarle en brazos cariño??
-Claro abuela... no tienes que preguntar.-con la satisfacción de saber que mi abuela nos aceptaba a su lado le puse al bebé en sus brazos, los cuales no habían olvidado la forma dulce de acunar y sostener a un bebé... los mismos que me habían sostenido a mi tantas veces cuando era pequeño.
-Hola pequeño!!! hola mi amor!!! eres precioso...-mi abuela besó la frente de mi hijo, el cual respondió con un fuerte suspiro..-es precioso cariño..-Elizabeth me miró..-se parece mucho a ti Edward.
-Sí abuela.... se parece a mi.. pero también tiene muchas cosas de su madre.-en ese instante el nudo en la garganta volvió a aparecer, y no pude evitar lanzar un ahogado gemido. Entonces mi abuela me miró.
-Qué ocurrió cariño???
Mis lágrimas volvieron a derramarse por mis ojos y yo no pude más que negar con la cabeza y tomar de la mano fuerte a mi abuela.
-Esta bien hijo mio... no es necesario que me lo cuentes ahora, ya hablaremos cuando sea el momento. Anda, vayamos adentro y nos tomaremos una taza de café después de acostar a esta preciosidad en su cunita.
Nos adentramos en la casa después de que yo sacara del coche todas las maletas y la bolsa con las cosas de mi hijo. Cuando entré en aquella casa me sorprendí al ver que nada había cambiado... todo estaba exactamente igual a como yo lo recordaba.
Subimos las escaleras, mi abuela con Kristopher en brazos y yo siguiéndoles, y llegamos a la que un día fue mi habitación y la sorpresa fue mayor cuando ví que estaba intacta, salvo porque al lado de mi cama, había una cuna de bebé.
-Abuela... como..???-estaba atónito.
-Cariño... algo me dijo que me necesitabas, que algo estaba pasando... y... seguí mi intuición.-Mientras hablaba, acostó a mi hijo en la cuna, y después de eso me lancé a sus brazos como cuando era pequeño y no pude aguantar por más tiempo el llanto y lloré abrazado a ella, sacando todo el dolor que tenía dentro y sintiéndome, por primera vez en varios días... a salvo, en casa y protegido, capaz de poder continuar adelante.
Descendimos las escaleras y fuimos a la cocina para poder disfrutar de un buen café y de un poco de paz y tranquilidad después de todo lo que había sucedido a mi alrededor. Elizabeth no volvió a preguntarme por lo que le ocurrió a Rachel, pero algún día encontraría las fuerzas suficientes como para poder contárselo. Pude observar que las cosas funcionaban bastante bien por la granja de mi abuela... seguía ocupandose de sumistrar las primeras matérias a las fábricas del pueblo y por ello seguía manteniendo a sus fieles trabajadores, los cuales eran para ella parte de su familia.
Después de tomar el café, y comprobar que mi hijo seguía durmiendo plácidamente, salimos a pasear por la finca, quería ver como funcionaba todo y ver en qué me podía ocupar yo, mientras vivía con mi abuela.
-Abuela... a cambio de que nos dejes vivir aquí, yo quiero trabajar en la granja en todo lo que sea necesario. Aunque nada será suficente para saldar la deuda que tengo contigo.-tomé la mano a mi abuela y ella me miró fijamente a los ojos.
-Cariño, tú no me debes nada, no estás en deuda conmigo... eres mi único nieto y todo esto será tuyo y de tu hijo algún día...
-Ya lo sé abuela... pero yo me sentiré mejor conmigo mismo si por lo menos te ayudo en el día a día a llevar la granja.
-Esta bien cariño... si es lo que quieres, yo no tengo ningún problema en que me ayudes.
Ambos seguimos hablando de regreso a la casa, y cuando entramos escuché a mi bebé llorar, así que subí rápidamente las escaleras y me dirigí hacia su habitación. Pero cuando llegué vi que no estaba solo. Una chica joven, estaba tratando de calmarle cuando yo entré en la habitación.
-Hola!!-cuando me vió se asustó -perdona.. no era mi intención asustarte.
-No.. disculpame tú a mi... es solo que escuché llorar al bebé y... como Elizabeth no estaba pues subí... lo siento, no debería haberlo echo.
-No... no te disculpes por favor... te agradezco mucho que hayas venido...-mientras intentaba calmarla, tomé a Kristopher en brazos, aunque ya había dejado de llorar gracias a ella. Entonces mi abuela entró por la puerta.
-Aahhh Bella, estás aquí!!!
-Sí Elizabeth... entré a dejarte unos papeles y escuché que lloraba un bebé... así que subí y le vi a él en la cuna.. perdoname.
-No hija mia, tranquila.. hiciste bien.
Yo no podía dejar de observarla... estaba sonrojada, y su mirada no se levantaba del suelo... se notaba que era una chica tímida y reservada, pero sobre todo, respetaba a mi abuela, y la apreciaba mucho más. Mi abuela se dió cuenta que la miraba y me sonrió.
-Disculpa que no os he presentado... Edward ella es Bella Swan, hija del jefe de policía del pueblo y la encargada de llevar mis cuentas. Bella él es mi nieto Edward y su hijo Kristopher.
-Encantado de conocerte Bella..-le tendí la mano.
-Igualmente Edward...-ella me correspondió y estrechó mi mano con delicadeza.
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