El tener a mi hijo en brazos era la sensación más maravillosa del mundo, no quería dejarle en el nido junto a los demás bebes, pero debía de ocuparme de algunos asuntos. Le di un beso en la frente a mi pequeño y salí del nido. Nada más salir por la puerta me topé de frente con Susan, la madre de Rachel.
-Has venido a ver a tu nieto??- en mi voz había un poco de esperanza... no esperaba que me aceptara a mi, pero sí a mi hijo, al hijo de Rachel.
-No... venía a hablar contigo.- su mirada era fría, distante. Ambos salimos hacia la cafetería para poder hablar con más tranquilidad, nos sentamos en una mesa.
-Y bien??? qué querias???- Susan levantó la vista y me miró a los ojos... su mirada seguía siendo fría.
-Mira Edward, no me voy a andar por las ramas. Tú no me gustas, nunca me has gustado y yo siempre me opuse a tu relación con Rachel y obviamente al embarazo...-yo la observaba y asentía con la cabeza..-sé que es el hijo de mi Rachel pero.... no quiero....
-Qué me intentas decir Susan???- Estaba demasiado cansado y triste como para soportar sus sermones.
-Pues... que no me voy a hacer cargo del bebé Edward... no quiero saber nada de él y mucho menos de ti. Por tu culpa Rachel no está conmigo.-Susan rompió a llorar, hundiendo su cara entre sus manos
-Como que mi culpa Susan?????- los ojos se me salían de las órbitas... no me podía creer lo que estaba escuchando..-Acaso yo la he matado???
-Sí... tú la dejaste embarazada... sino hubiera tenido ese niño... ella seguiría aquí!!! Te odio Edward Cullen... y a tu hijo también!!! no quiero volver a veros nunca más.-sus ojos me miraban con odio... verdadero odio... me dolió que dijera eso de mi hijo, de su nieto, pero yo no era quién para obligarla a hacer algo que ella no quería. Así que me levanté y antes de irme le dije:
-Esta bien Susan... me iré con mi hijo, y te garantizo que no volverás a verme, será como si ninguno de los dos, hayamos existido nunca.-Salí de la cafetería y me dirigí de nuevo hacia el nido para ver a mi hijo, el cual estaba apaciblemente dormido. Entonces me dirigí hacia el mostrador de información para que me dijeran cuando le darían el alta a mi hijo y así poder irme de aquí y no volver nunca más.
El doctor que atendió a Rachel en el parto y que estaba atendiendo a mi hijo me dijo que en 24h daría de alta al bebé, ya que estaba evolucionando perfectamente. Con esta buena noticia me fui a casa a darme un baño, comer un poco y pensar qué iva a hacer con mi nueva vida, de qué modo iba a sacar adelante a mi hijo Kristopher.
Después de bañarme y tomar algo de comer, me quedé pensando que realmente estaba solo en esta ciudad, no tenía a nadie que me pudiera ayudar a salir adelante y en ese momento recordé algo... un sitio en el cual yo había sido muy feliz y en el que había pasado mi infancia... la granja de mi abuela Elizabeth en Forks, ella y Kristopher eran mi única familia y seguro ella me ayudaba a salir adelante. Así que inmediatamente me dispuse a hacer las maletas, tomar mis pocas pertenencias y mis escasos ahorros para poder partir hacia Forks nada más recoja a mi hijo del hospital.
Esa noche apenas pude dormir... realmente estaba muy emocionado por la idea de regresar a Forks con Kristopher. Durante mis desvelos, pensé mucho en Rachel y en lo que nos queríamos y deseabamos que llegara el bebé. Tomé la foto que tenía en la mesa de noche y mis lágrimas comenzaron a desvordar por mis ojos.. besé la foto y le prometí a Rachel que cuidaría de nuestro hijo, y que nunca le iba a dejar solo. Sé que la extrañaría, que el nuevo comienzo iba a ser duro sin ella, pero debía seguir adelante, por Kristopher. Nada más me levante cargue todas las maletas en el coche, le entregué las llaves al casero y me dirigí al hospital a buscar a mi hijo.
-Buenos días Doctor Bing, qué tal está??
-Bien señor Cullen, muchas gracias. Bueno pues, solo decirle que su hijo está perfectamente, evoluciona muy bien y está aumentando de peso poco a poco. Debe llevarle a que le hagan revisiones regularmente y sobre todo, que viva en un entorno favorable y acogedor.
-No se apure por eso doctor, nos vamos a vivir con mi abuela. Estará bien atendido, además estará siempre conmigo.-en ese momento una enfermera se acercó a nosotros, con mi hijo en brazos y la bolsa con su ropita, pañales y biberones que habíamos comprado Rachel y yo.
-Bien señor Cullen, firme aquí el alta..-firme el papel y la enfermera me entregó a mi bebé y la bolsa.
-Hola precioso, ya estas con papi... todo va estar bien mi amor.
-Bien señor Cullen... felicidades y que vaya bien.-el doctor me tendió la mano.
-Gracias por todo Doctor Bing..-le estreché su mano con fuerza..-ahh doctor Bing, una cosa más. Cuando estén los resultados de la autopsia de Rachel... me los podría enviar a esta dirección??-saqué de mi bolsillo un papel en el que figuraba la dirección de la granja de mi abuela.
-Claro señor Cullen... en cuanto tenga los resultados, se los enviaré personalmente.
-Gracias por todo nuevamente Doctor. Adiós
Me dirigí al coche con Kristopher en brazos, dormido. Abrí la puerta y lo acosté en la cuna para el coche que había comprado con Rachel hace un par de meses, lo sujeté bien con el cinturón y deposité la bolsa a los pies del asiento delantero. Cuando subí al coche, me di cuenta que de la bolsa salía un papel, lo tome y vi que era un sobre en el que ponía mi nombre. De inmediato lo abrí y ví que era una carta de Rachel, en la que me explicaba lo que le sucedía, y en la que me pedía que cuidara del bebé, que ella me daba todos los derechos para hacerme cargo de él.... la carta terminaba con un " siempre supe que eras el amor de mi vida, y este ha sido mi pequeño regalo por tanto tiempo de felicidad. Cuida de Kristopher... y por favor... no renuncies a ser feliz ni al amor. Te amo, Rachel"
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