sábado, 4 de junio de 2011

Estrellas En La Oscuridad ~ Capitulo 3: Regresando al pasado (Edward)

Después de leer la carta de Rachel no pude evitar derramar más lágrimas... me entristecía mucho no tenerla a mi lado, disfrutando juntos de nuestro pequeño angelito. Entonces Kristopher despertó, rompiendo él también a llorar; como todavía no había encendido el coche, saqué a mi hijo de la cuna y le tomé en brazos para tratar de calmarle...
-Sshhh qué pasó mi amor??? tranquilo pequeño, papá está aquí y nunca permitirá que te ocurra nada malo...-Kristopher cesó el llanto, y su respiración volvió a ser tranquila y sosegada- siempre voy a cuidar de ti tal y como le prometí a tu madre y te prometí a ti-le di un beso en la frente después de enjugarme las lágrimas. Volví a depositarlo en la cuna y, tras sujetarla fuerte con el cinturón de seguridad, encendí el coche y me dispuse a conducir rumbo a Forks... rumbo hacia mi pasado y mi nueva vida al mismo tiempo.

El viaje a Forks se me hizo muy corto... cierto es que no hay gran distancia entre Seattle y Forks, pero esta vez el viaje duró menos de lo esperado, aunque pienso que era por el ansia de reencontrarme con mi abuela Elizabeth y con el lugar donde fui feliz durante mi infancia.
Cuando llegué a Forks me di cuenta que no había cambiado en absoluto... todo seguía en el mismo lugar donde estaba cuando yo me fui a vivir a Seattle: la iglésia, la cafetería de los padres de Alice, una compañera del instituto, la bolera del viejo Black... todo seguía en su lugar.
Me sorprendí a mi mismo porque recordé el camino por donde se llegaba a la granja de mi abuela, pero me soprendió aún más porque el camino estaba bien iluminado y era de fácil acceso, no como antes, y eso significaba que a la abuela Elizabeth le iba todo bien... y que el negocio funciona perfectamente.

La puerta de entrada a la finca estaba abierta, así que entré sin más... nada más cruzarla y ver los campos, empecé a recordar cosas de cuando era pequeño: como cuando la abuela y yo íbamos a ordeñar a las vacas, o cuando salíamos el abuelo y yo a pescar... cuando jugaba con mis compañeros de clase en los columpios y luego nos bañábamos en la piscina...-Aayyy!!!-suspiré..-Edward aquí has sido muy feliz -me dije a mí mismo -y tu hijo, también lo será. En ese momento llegué a la puerta principal, apagué el motor del coche y me bajé de él. Cuando levanté la vista, allí estaba ella, tan hermosa como siempre, no había cambiado ni siquiera un poco. Nada más la vi, una lágríma recorrió mi mejilla y pude comprobar que a ella se le iluminó la mirada como si hubiese acabado de ver un ángel.. poco a poco se fue acercando, mirándome.... incrédula.
-Edward!!!
Yo asentí con la cabeza, ya que el nudo en mi garganta me impedía hablar.
-Edward mi amor.... eres tú!!!!!
Yo dí un paso al frente... sin poder reprimir el llanto por más tiempo
-Dios mío Edward.... mi niño!!! -Ella también rompió a llorar al tiempo que me tomaba en un fuerte abrazo...
-Abuela!!!!!-la abracé todo lo fuerte que pude
Después de unos minutos abrazados, nos separamos y ambos nos quedamos mirándonos a los ojos fijamente mientra nos secábamos las lágrimas.
-Qué alegría verte Edward... te echaba mucho de menos!!!
-Yo también abuela... he pensado mucho en tí todo este tiempo, pero no he podido venir antes a visitarte.
-No te apures mi niño... ahora ya estás aquí... y eso es lo que cuenta. Pero dime... es una simple visita o te vas a quedar un tiempo??- mi abuela me conocía a la perfección y sabía que si había regresado aquí, era para quedarme.
-Verás abuela, han pasado cosas y.... he venido para quedarme a vivir aquí.
-Eso es estupendo cariño!!!-volvió a abrazarme -me alegro mucho de tenerte aquí Edward, pero vamos, entremos en casa y me cuentas todo mientras tomamos un café.
-Sí abuela, pero antes... quiero que conozcas a alguien.-yo me dirigí hacia el asiento del copiloto bajo la atenta mirada extrañada de mi abuela.
-Vaya... así que no has venido solo??? y con quié....- en ese momento se hizo el silencio, lentamente me acerqué a ella con Kristopher en brazos, mientras observaba como sus lágrimas comenzaban a caer de nuevo
-Abuela... quiero presentarte a Kristopher...-las lágrimas hiceron acto de presenta en mis ojos nuevamente y aunque tenía la voz entrecortada por la emoción, pude continuar hablando -mi hijo!!!

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