Nos fuimos acercando poco a poco, por una vez fui sincera conmigo misma y supe que ni podía ni quería evitar lo que estaba pasando, deseaba a Edward tanto o más que él a mi. Edward comenzó a besarme lentamente el cuello, poco a poco fue subiendo hasta mi mandíbula mientras yo hundía mis manos en su despeinado cabello haciendo que la toalla con la que me estaba tapando cayera al suelo, dejándome totalmente desnuda frente a él. La necesidad de besarle se hizo presente y busqué desesperadamente su boca, estaba sedienta y solo él podía calmar mi sed. El beso no fue tierno, fue un beso cargado de pasión, lujuria y necesidad... necesidad que ambos sentíamos por igual. Mientras nos besábamos, Edward fue recorriendo con sus manos mi cuerpo desnudo, palpando cada pliegue de mi piel. Cuando llegó a mi trasero lo apretó con fuerza, haciendome gemir, entonces me tomó en brazos, yo separé mis piernas y las puse alrededor de su cintura y, sin dejar de besarnos, nos dirigimos hacia mi habitación.
La necesidad de respirar nos forzó a separarnos mientras Edward me dejaba en la cama, pero la urgencia por besarle era mayor que la de respirar y volví a buscar su boca mientras, poco a poco, desnudaba su cuerpo escultural. Tumbé a Edward en la cama y yo me situé sobre él... le quité la camiseta que llevaba mientras le besaba el cuello, el pecho.. mientras él no dejaba de repetir mi nombre, algo que me excitaba todavía más. Entonces desabroché sus pantalones, los bajé junto con los calzoncillos y comprobé que Edward estaba tan excitado como yo.
Si con ropa se veía que el cuerpo de Edward era escultural, cuando estaba desnudo era como estar viendo al mismísimo David de Miguel Ángel, estaba atónita ante semejante belleza. Entonces Edward se apoderó de mis labios nuevamente y me tumbó en la cama, posicionandose él encima mio sin dejar de besarme ni un sólo instante. Yo hundí mis manos en su pelo mientras él me besaba por el cuello, descendiendo hasta mis pechos, los cuales lamió de una forma que me hacía enloquecer, tanto.. que clavé mis uñas a su espalda haciendole gemir de placer. Los juegos se estaban alargando demasiado.. ambos estábamos a punto de explotar y yo necesitaba sentirle nuevamente dentro de mi.
En ese momento Edward me miró, como si hubiese leído mis pensamientos, volvió a besarme y lentamente entró en mí. Al principio eran envestidas lentas, como si buscara el ritmo, pero poco a poco se fueron tornando más rápidas y profundas... ambos estábamos llegando al éxtasis de nuestro placer y de nuestras bocas solo salían gemidos y el nombre del otro entre respiración y respiración. En ese momento sucedió, en la última embestida ambos alcanzamos el clímax a la vez, juntos llegamos a la cima del placer. Entonces Edward se recostó junto a mi en la cama, abrazándome y besándome como nunca nadie lo había echo jamás, ni siquiera mi marido.
-Eso fue ....
-Magnifico - Admiti. Edward rapidamente se sento y enseguida extrañe su cuerpo entre mis brazos.
-Admites que te gusto?-Pregunto extrañado.
-Si lo admito- Dije con una sonrisa plantada en los labios.El poco a poco fue posicionandose sobre mi y me abrazo mientras besaba mi hombro.
-Entonces tendria que aprobechar que derrumbaste el muro no?-
-Estas hablando demasiado!-Y volvi a besarlo como si no hubiera mañana, sin dudas seria un dia muy largo.
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